Campo en pie de guerra en América Latina
| Sábado 29 marzo, 2008
Hecho Principal:
Campo en pie de guerra en América Latina
El campo, uno de los pilares de las economías latinoamericanas, está en pie de guerra en varios países de la región en protesta contra factores que van desde los altos impuestos, hasta la falta de incentivos gubernamentales para enfrentar fenómenos como la depreciación del dólar.
La huelga de los productores agropecuarios de Argentina, que comenzó hace dos semanas, es la más notoria de las manifestaciones que por estos días se suceden en países como Bolivia, Paraguay, Chile y Ecuador en demanda de más atención al campo.
En la protesta más dura enfrentada en los poco más de 100 días que lleva en el poder, la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha chocado de frente con los productores rurales opuestos a una subida del impuesto a las exportaciones agropecuarias y a la política del Gobierno para el sector.
Las cuatro asociaciones rurales que organizan la huelga agrupan a unos 290 mil productores y han encontrado el apoyo de otros sectores que han protagonizado “cacerolazos” en Buenos Aires contra el Gobierno, respaldado a su vez por grupos como los “piqueteros”, lo que ha desembocado en peleas callejeras.
Una protesta similar mantenía bloqueadas varias rutas internacionales en Bolivia, donde productores y transportistas se oponen a una prohibición de exportar aceite decretada por el Gobierno para garantizar el abastecimiento interno.
También se movilizaron las organizaciones agrícolas de Chile, donde unos 2 mil agricultores pidieron al Gobierno protección frente a la caída del dólar que tiene al sector al borde del colapso.
Ecuador fue igualmente foco de manifestaciones promovidas en Quito para reclamar al Gobierno una “revolución agraria” y una “economía solidaria”, entre otras demandas.
Brasil, gran productor mundial de materias primas, registra con frecuencia manifestaciones de los Sin Tierra y de Vía Campesina para pedir agilidad en la reforma agraria, mientras que en Panamá los productores de arroz y molineros han exigido al Gobierno que suspenda la importación de unas 150 mil toneladas del producto.
Campo en pie de guerra en América Latina
El campo, uno de los pilares de las economías latinoamericanas, está en pie de guerra en varios países de la región en protesta contra factores que van desde los altos impuestos, hasta la falta de incentivos gubernamentales para enfrentar fenómenos como la depreciación del dólar.
La huelga de los productores agropecuarios de Argentina, que comenzó hace dos semanas, es la más notoria de las manifestaciones que por estos días se suceden en países como Bolivia, Paraguay, Chile y Ecuador en demanda de más atención al campo.
En la protesta más dura enfrentada en los poco más de 100 días que lleva en el poder, la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha chocado de frente con los productores rurales opuestos a una subida del impuesto a las exportaciones agropecuarias y a la política del Gobierno para el sector.
Las cuatro asociaciones rurales que organizan la huelga agrupan a unos 290 mil productores y han encontrado el apoyo de otros sectores que han protagonizado “cacerolazos” en Buenos Aires contra el Gobierno, respaldado a su vez por grupos como los “piqueteros”, lo que ha desembocado en peleas callejeras.
Una protesta similar mantenía bloqueadas varias rutas internacionales en Bolivia, donde productores y transportistas se oponen a una prohibición de exportar aceite decretada por el Gobierno para garantizar el abastecimiento interno.
También se movilizaron las organizaciones agrícolas de Chile, donde unos 2 mil agricultores pidieron al Gobierno protección frente a la caída del dólar que tiene al sector al borde del colapso.
Ecuador fue igualmente foco de manifestaciones promovidas en Quito para reclamar al Gobierno una “revolución agraria” y una “economía solidaria”, entre otras demandas.
Brasil, gran productor mundial de materias primas, registra con frecuencia manifestaciones de los Sin Tierra y de Vía Campesina para pedir agilidad en la reforma agraria, mientras que en Panamá los productores de arroz y molineros han exigido al Gobierno que suspenda la importación de unas 150 mil toneladas del producto.