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Calderón: “Si no hacemos algo con el déficit, se nos saldrá de las manos”

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Sábado 06 septiembre, 2014


“Ahora es mucho más difícil gobernar. Al presidente Solís se le complica mucho porque su músculo político en el Congreso es de apenas 13 diputados”, indicó Rafael Ángel Calderón. Gerson Vargas/La República


Aconseja a Solís medidas delicadas que usó en 1990 para revertir problema fiscal

Calderón: “Si no hacemos algo con el déficit, se nos saldrá de las manos”

Preocupación por popularidad debe quedar de lado, indicó

“Si no hacemos nada pronto, se nos saldrá esta situación de las manos”, explicó Rafael Ángel Calderón, expresidente de Costa Rica, quien considera que el déficit fiscal es el principal problema del país.

En 1990, él recibió el país con las arcas vacías y una proyección de déficit del 8% para todo el sector público, por lo que las expectativas no eran nada halagüeñas.
En aquel entonces, Calderón se olvidó de la popularidad que lo llevó al poder y puso en práctica una serie de medidas económicas y fiscales fuertes, que según él, lo llevaron a los niveles más bajos de popularidad de su gobierno, pero que al final, le dieron a Costa Rica el impulso para evitar un desastre nacional.
La receta que usó funcionó de manera “extraordinaria”. En 1992 y 1993, Costa Rica fue el país que más creció en América Latina, la pobreza bajó a un nivel histórico del 15% y la confianza de los inversionistas estaba por las nubes.
Hoy, Calderón pretende que su receta, empleada hace 24 años, sea analizada por Luis Guillermo Solís.

De todos los problemas nacionales, ¿cuál es el más preocupante?
El más grave es el déficit fiscal que ya ronda el 6% del PIB. En lo personal, considero que se necesitan acciones delicadas en el mediano plazo.

¿A qué se refiere con acciones delicadas?
Cuando asumí el gobierno en mayo de 1990, recibí una situación todavía peor a la actual, porque el déficit fiscal consolidado se proyectaba en un 8% y los niveles de reserva no existían, debido a que el gobierno de Óscar Arias que me antecedió, hizo un muy buen trabajo de negociar la deuda externa comercial. Ante este panorama, tuvimos que aplicar una receta que incluyó un inmediato ajuste de precios de todos los servicios, promovimos una reducción del gasto público al máximo que pudimos, mejoramos la recaudación con varias iniciativas y cuarto, aplicamos un indispensable aumento en el impuesto de ventas. Adicionalmente a esto, fuimos al Fondo Monetario Internacional para buscar un acuerdo, para darle confianza al sector productivo de que las cosas se iban a hacer bien y de esta forma, generar un clima de confianza para atraer inversión, cobrar más impuestos, generar empleo y luchar contra la desigualdad.

¿Cuáles fueron los resultados de esa receta?

En solo ocho meses, Costa Rica pasó de una proyección del déficit fiscal del 8% del PIB a un 5,5 del PIB, ya para 1991 el déficit consolidado del sector público fue del 2,5% del PIB, luego bajó al 1% del PIB para los últimos dos años de mi gobierno. Con todas estas medidas la inflación se redujo de un 27% al inicio del gobierno a un 9% cuando dejamos Zapote y al mismo tiempo, nos permitió reducir la pobreza a un nivel histórico de un 15%, lamentablemente ahora estamos estancados en un 20% de la población. En 1992 y 1993 fuimos el país de América Latina que más creció y al mismo tiempo, el que tenía el mejor índice de desarrollo humano. Por otra parte, las reservas monetarias llegaron a más de $1.000 millones, después de no tener nada.

¿Funcionará esta receta ahora?
Lo que puedo decir categóricamente es que esas medidas funcionaron extraordinariamente en el periodo 1990-1994, y por eso, me parece a mí, que se deben estudiar las experiencias positivas del país de todos los gobiernos, pues cada presidente tuvo sus aciertos y desaciertos.

¿Cuánto tiempo esperó para tomar esas medidas?
El mismo día que juré como Presidente, al frente de don Óscar Arias y ante todos los costarricenses, reconocí que recibí el país con las arcas vacías, pero de inmediato tomamos medidas y no esperamos que el tiempo pasara.

¿Le preocupa entonces la decisión del mandatario Solís de postergar esta discusión por dos años?
Mi impresión es que se debiera actuar ya, de lo contrario, corremos el riesgo de que el déficit fiscal se nos salga de las manos. Si no hacemos algo ahora, al próximo gobierno le explotará una bomba.

¿Cuáles serían las consecuencias de postergar esta discusión?
Es un efecto dominó. Me preocupa el aumento de la inflación, la pérdida de reservas, la desconfianza de los sectores productivos, el incremento del desempleo y por supuesto, el alza en la pobreza y la escasez de recursos para invertir en el área social. Otro tema también es la pérdida de grados de inversión de las calificadoras de riesgo. En nuestra área, Panamá está atrayendo una gran cantidad de inversión, quitándole a Costa Rica buenas oportunidades.

¿Corre el riesgo el señor Presidente de tener un ambiente político nocivo en la Asamblea si deja pasar dos años antes de impulsar medidas fiscales?
Lo que le puedo decir es que a mitad de período es muy difícil porque hay un desgaste político importante, no solo en la Asamblea, sino también en la ciudadanía y los sectores. Además, hay que advertir que este gobierno tiene una situación complicada en el Congreso, debido a que son muchos partidos y la fracción oficialista solo tiene 13 diputados.

Cuando usted tomó esas medidas delicadas, ¿pensó en el desgaste de su popularidad?
Fue bárbaro, porque en determinado momento los costarricenses me calificaron muy mal y quedé entre los presidentes más impopulares; sin embargo, después de un tiempo las cosas cambiaron por toda la bonanza que se generó con las medidas que impulsamos.

El gobierno está cobrando nuevos impuestos al sector turismo, presentó un plan antievasión y pretende retener el impuesto de renta a los comercios que reciban pago con tarjeta de crédito y débito. ¿Son suficientes esas medidas?
No lo sé, es muy temprano aún para saber el impacto de esas medidas.

¿Se nota el cambio que propuso don Luis en campaña?
Desde luego yo a la administración no puedo juzgarla porque tres meses es muy poco tiempo. Lo correcto es esperar mucho más, para ver el impacto de los programas y las acciones que se han tomado.

¿Quedaron heridas políticas abiertas con el informe de los 100 días?
Hubo errores, por ejemplo, señalar que en las últimas décadas han sido desastrosos los gobiernos fue un error, cuando este país tiene niveles altísimos de educación y de salud y eso no ha sido por generación espontánea. En ese lapso, cada gobierno aportó su granito de arena. Me siento muy satisfecho de las 350 mil familias que recibieron un bono de vivienda. Creo que algunas de las declaraciones del mandatario fueron desafortunadas. ¿Cómo se pide ayuda a quiénes, según él, han hecho un desastre nacional?

¿Tiene la oposición la madurez política para pasar la página?
Espero que sí, pero las declaraciones en ese sentido hacen más difícil el diálogo político sin duda alguna.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR







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