La apertura trajo ventajas a la gente común; una empleada doméstica tiene celular, sencillo sí, pero tan barato como ¢20 mil y lo puede recargar en cualquier pulpería

---

Amo a Costa Rica ¿debo idolatrar al ICE?

Ticos que aman Costa Rica son clientes de Claro y Movistar, sin que eso los haga traidores de la patria, porque “ICE” y “Costa Rica” son cosas diferentes. Por razones prácticas, no políticas, ellos adoptaron alguna de las ventajas que vieron en el primer año de mercado abierto: celulares prepago, ofertas de doble recarga, Internet móvil o líneas con teléfono incluido.
La realidad científica es que la apertura trajo ventajas a la gente común; una empleada doméstica tiene celular, sencillo sí, pero tan barato como ¢20 mil y lo puede recargar en cualquier pulpería; opción que no existía en 2007, antes del TLC. ¿No era la apertura un tabú ese año? Durante el referendo TLC los sindicatos juraron que la apertura encarecería el servicio al consumidor, que seríamos víctimas de explotadoras transnacionales. El bloqueo del libre mercado telefónico es la causa del sindicato del ICE, no una causa nacional.
En 2007 aprobamos TLC por referendo, incluyendo apertura celular; luego se subastaron frecuencias, donde les sacamos cientos de millones de dólares a Claro y Movistar, quienes llevan un año operando, sin poder competir de verdad, porque el sindicato del ICE no permite que el número telefónico sea del cliente, creen que es propiedad del ICE. Así tienen encadenados a quienes necesitan conservarlo por razones de trabajo. Cuando los sindicatos gritan “ni un paso atrás” también dicen “ni un paso pa´lante”. No entienden que una decisión democrática implica lograr el beneficio para la mayoría, y según ellos, hay que esperar hasta 2020.
Un amigo señala, que según el sindicato, contra la portabilidad marcharon 10 mil personas del ICE sin que se afectara la prestación del servicio. ¿Entonces sobran 10 mil empleados en el ICE? Tienen mucho tiempo libre para marchar, bloquear y quebrar parabrisas.
Hace unos meses cuando cerraron autopistas, atraparon ambulancias con pacientes, se burlaron con gestos obscenos de señoras que ocupaban llegar a su trabajo u hogar. Como ellos se dan libre con goce de salario para estas acciones, no entienden que los demás sí tengamos mejores cosas que hacer.
En el mundo al revés, usted agrede a sus clientes para ganar su fidelidad; eso funcionaría con clientes masoquistas que disfrutaran del dolor, o con súbditos autómatas bajo el látigo de un dictador. ¿Así nos ve el sindicato del ICE?
Sonó ofensivo que Costa Rica fuera calificada como una “democracia disfuncional” porque presumimos de nuestra gran tradición democrática; pero este ejemplo de la apertura celular demuestra que en realidad, aquí no se practica la democracia porque no ejecutamos nunca una decisión. Tenemos una parálisis hiperdemocrática que gasta décadas buscando el acuerdo unánime, una ilusión imposible. Si queremos el país debemos empezar por recuperar el poder democrático que unos pocos nos arrebatan, tomar más rápido las decisiones, y de inmediato, ponerlas en práctica. Volveríamos a ser una democracia funcional.

César Monge Conejo

Ingeniero
cesarmonge@yahoo.com