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Miércoles, 24 de abril de 2024



EDITORIAL


Nuevas sanciones para deudores

| Miércoles 10 abril, 2013




Si el gobierno no puede administrar, controlar cobros y rendimientos de un sistema de salud tan completo y bien diseñado como el de la Caja, estaría admitiendo que no tiene capacidad para dirigir ni administrar un país


Nuevas sanciones para deudores

La poca seriedad de varios gobiernos, que parecieran —por alguna razón— no haberse ocupado de dirigir y administrar bien para el beneficio de todos, sino de algunos grupos de la sociedad, ha llevado a la nación a la lamentable situación de que no se cobran bien los diferentes aportes que corresponde hacer a los contribuyentes. Se instalaron así la evasión, el impago a la Caja, entre otros, y la impunidad ante ello.
Ante la noticia, dada a conocer por este medio ayer, de que ahora, a instancias del Partido Acción Ciudadana, se busca reformar una ley para dotar de mejores herramientas a la Caja, a fin de que recupere la considerable suma que sus deudores no le pagan, se evidencia con claridad lo antes dicho.
¿Por qué no se ha venido cobrando bien en la Caja? Si hacían falta mejores herramientas para ello ¿por qué no se solicitaron durante décadas de violaciones?
La morosidad y el incumplimiento de algunos patronos y del Estado con la Caja, es uno de los variados factores que llevaron a la entidad a una crisis financiera y a negarles los oportunos y buenos servicios que debe dar a los asegurados.
Esto, en un rubro tan esencial como la salud de la población no se puede permitir.
El funcionamiento de la Caja fue bueno antes de que se iniciara esta cadena de malos manejos que han durado años con el beneplácito de quienes deberían haber enderezado la situación a tiempo.
Hoy el esfuerzo para hacerlo es mayor, desde luego, pero indispensable y sin más demoras.
Si el gobierno no puede administrar y controlar eficiencia y rendimientos de un sistema de salud tan completo y bien diseñado como el de la Caja, entonces estaría admitiendo que no tiene capacidad para dirigir ni administrar un país. Que solo gestiona ocurrencias y coyunturas para beneficio de algunos.
Debe aclararse, eso sí, que la actual administración heredó el mal funcionamiento que llevó a la Caja a los problemas actuales de los anteriores gobiernos de turno desde hace décadas.
No era suficiente, incluso, comenzar con débiles intentos de pago (del Estado) y seguir permitiendo impunidad a los deudores privados y a los malos administradores nombrados, ellos, por el propio Ejecutivo.
La institución requería que se pusieran al día de inmediato todas las deudas (con dinero, no con bonos) pero, a la vez, que se erradicaran los errores administrativos que la llevaron a serias deficiencias de infraestructura, equipamiento y especialistas, para dar los servicios a que está obligada.
 







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