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NACIONALES


Lucha contra la historia familiar

Luis Fernando Cascante lcascante@larepublica.net | Jueves 20 febrero, 2014




Coincide tendencia de votos entre Johnny y Rolando Araya

Lucha contra la historia familiar

Ambos hermanos con poco apoyo en las costas

Para buscar un momento de la historia electoral en donde Liberación Nacional reuniera tan bajos porcentajes de apoyo, hay que situarse en 2002, cuando el otro Araya, Rolando, fue el candidato de la agrupación verdiblanca.

El excandidato liberacionista recibió entonces un apoyo del 31% del electorado, lo que marcaba el peor resultado en unas elecciones presidenciales para ese partido.
En aquella ocasión, Rolando Araya se vio superado por Abel Pacheco, quien con el 38% de los votos superó al liberacionista, pero no fue hasta en una segunda ronda que pudo consolidar su victoria.
En el caso de su hermano, Johnny Araya, el exalcalde de San José reunió un respaldo aún más bajo que el de su hermano hace 12 años.
Con un 29% de los votos, nunca antes un candidato liberacionista tuvo tan baja popularidad en una elección.
Además, la forma imponente con que el PLN ganó entonces en las provincias costeras cayó ahora que Johnny Araya asumió la candidatura presidencial de la agrupación.
Si se saca un promedio de apoyo, tomando en cuenta Puntarenas, Guanacaste y Limón, se obtiene que Óscar Arias y Laura Chinchilla recibieron un respaldo del 46%, mientras que los hermanos Araya apenas llegan a un 34%.
Una mala estructuración en la campaña, así como el poco éxito en unir a las distintas tendencias liberacionistas es la razón del debilitamiento del partido, según Claudio Alpízar.
Para Alpízar, ha sido incorrecta la designación de dos personas que manejan la campaña; Rolando González y Antonio Álvarez Desanti, situación que se repitió en la campaña de 2002, cuando el mismo Johnny Araya y manejaba los hilos de la contienda liberacionista.
Sin embargo, Antonio Álvarez Desanti, jefe de campaña del PLN, se sacude de las críticas, pues a su juicio el voto hacia Johnny Araya en las zonas costeras aumentará considerablemente, a raíz del poco músculo que tiene el PAC en estas provincias.
El partido trabaja de lleno en su estrategia para aprovechar la simpatía del electorado hacia el PLN en estas zonas, anunció Álvarez.
Ahora, como en 2002, otro Araya tendrá que lidiar con un partido fragmentado, con menos dinero y con el recuerdo del fracaso de su hermano, en la única segunda ronda electoral que el país ha vivido.

Luis Fernando Cascante
lcascante@larepublica.net
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