Agricultura climática inteligente mejoraría competitividad del productor
Fabiola Vargas fvargas@larepublica.net | Viernes 21 noviembre, 2014
Agricultura climática inteligente mejoraría competitividad del productor
Sector agrícola necesitaría acceso a información y financiamiento
El sector agropecuario podría mejorar su competitividad mediante la agricultura climática inteligente (CSA, por sus siglas en inglés).
La práctica se lograría por medio de la implementación de tecnologías que minimicen el impacto ambiental de las actividades agrícolas en el entorno y el desarrollo de prácticas que mejoren la capacidad de respuesta al cambio climático por parte de los agricultores.
En ese sentido, la prestación de mejores servicios de información meteorológica facilitaría la toma de decisiones por parte de los productores nacionales, lo que permitiría enfrentar los desafíos que plantea la variabilidad climática.
Con el fin de impulsar este tipo de agricultura en el país, el Banco Mundial, con expertos del Centro Internacional de Agricultura Tropical y del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, realizaron un estudio sobre las condiciones actuales del sector agrícola costarricense.
“Las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes pueden beneficiar a los productores en escalas diferentes, tanto en la producción familiar como agroindustrial”, aseguró Claudia Bouroncle, investigadora del cambio climático y otra de las líderes del proyecto.
Algunos sectores en el país ya aprovechan los beneficios de la agricultura inteligente. Por ejemplo, los sistemas agroforestales de café contribuyen a la mitigación del cambio climático a través de la captura de carbono, al tiempo que mejoran la resistencia a las sequías y enfermedades.
Otro ejemplo de este tipo de agricultura son las semillas de cebolla resistentes al calor y a enfermedades que afectan a este producto agrícola, producidas por Grupo Trisan, que pueden ser cosechadas en Guanacaste.
No obstante, el sector enfrenta diversos retos sociales, económicos y ambientales, que podrían limitar la adopción de la CSA en la producción nacional.
La falta de información acerca del tema y el poco acceso de financiamiento para adquirir las tecnologías son dos de las barreras para el desarrollo de esta práctica en el país.
Al presentar un desempeño inferior al de la agricultura industrial, es prioritario apoyar a los pequeños agricultores en la adopción de estas prácticas, mediante el acceso a financiamiento y la réplica de proyectos piloto que se están desarrollando.
Entre estos, destaca el Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.
Fabiola Vargas
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@FabiVSola